Muchas personas que quieren llegar a ser grandes líderes persiguen el mismo objetivo: comunicar causando impacto. Sin embargo, no todas lo logran. ¿Por qué? Pues porque no consiguen entender que para lograrlo no basta solo con saber hablar, sino que es necesario saber comunicar.

La oratoria es el arte de hablar en público con elocuencia, con la intención de informar y convencer. El poder de un buen orador reside en la habilidad de poder estar frente a muchas personas y tener la atención de estas al hablar. Se debe persuadir, conectar con el público. Se debe enamorar.

El saber comunicarse correctamente con los demás también es la base del liderazgo. No fue el momento histórico ni la tecnología lo que hizo que Martin Luther King Jr. deslumbre a su público, fue el impactó que provocó en las emociones de quienes lo estaban escuchando.

La importancia de la oratoria en la vida profesional

Tanto en nuestra vida profesional como en cualquier otro ámbito de interrelación, la forma en la que hablamos y nos comunicamos es la clave por la cual seremos juzgados, aceptados o rechazados. En resumen, la oratoria es el elemento fundamental del marketing personal.

Ser un buen orador se ha convertido en una necesidad para alcanzar el éxito y una buena reputación profesional. Los pilares de un liderazgo efectivo y exitoso residen en expresar correctamente nuestras ideas, transmitir confianza y entusiasmo, persuadir e influir en los demás.

Dominar el arte de la oratoria nos abrirá grandes oportunidades profesionales y nos permitirá destacar en reuniones y eventos. Es una de las claves para avanzar en nuestra carrera.

Técnicas de oratoria y liderazgo: Cómo ser exitoso

Lo primero que se debe tener en claro es que si se quiere transmitir algo fervientemente, lo conseguiremos sólo si conectamos con las personas a quienes les estamos enviando el mensaje. La importancia de la oratoria en un líder radica allí.

Para lograr comunicar nuestras ideas, es necesario que las expresemos con claridad. Quienes nos hayan escuchado, tienen que ser capaces de explicar a otras personas nuestro mensaje. No olvidemos que las palabras son las herramientas que nos comunican con el mundo y con los demás, por lo que deben ser las correctas.

Por otro lado, se debe prestar especial atención a una parte fundamental de la oratoria: la emocional, esa a la que cualquier discurso debe llegar. Si te eriza la piel, te hace llorar y logra motivarte estás ante un buen orador y un gran líder.

El tono, la pronunciación, el volumen y la corrección de las palabras que se utilizan también son los pilares de una oratoria exitosa. Un buen orador muestra seguridad y confianza en sí mismo, muéstrate convincente. No olvides controlar tus manos y mantener contacto visual con quienes te están escuchando. Gesticula y exprésate con el lenguaje no verbal, intenta imitar discretamente el de tu audiencia.

Cuando nos convertimos en aquella persona a la que nadie puede dejar de prestar atención, hemos alcanzado el éxito. En esta era en donde las tecnologías abundan, y con ellas las distracciones, lograr que los celulares del público estén en su bolsillo y el foco esté puesto en nosotros y en nuestro discurso, es a lo que debemos aspirar.

Un gran líder no es aquel que representa el orgullo o la vanidad, sino aquel que tiene como objetivo enseñar, convencer y capacitar. Aquel que busca motivar a los demás y crear un cambio con sus palabras y acciones. 

[stellar]

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *