5 características indispensables de un buen orador

Durante nuestra vida, sobre todo en la etapa laboral, comenzamos a ganar más experiencia, aunque también más responsabilidades. Tarde o temprano nos vemos obligados a hablar en público. Asistir a conferencias, mesas de discusión o ponencias, sirve para darnos a conocer en el mercado laboral.

Es por ello que es muy importante cuidar nuestras palabras a la hora de estar hablando en público, ya que nunca se sabe quién puede estar escuchándonos.

Existen algunas claves a tener en cuenta a la hora de intentar sobresalir en el arte de la oratoria. Aquí te diremos qué necesitas para ser un buen orador.

¿Cómo ser un buen orador?

1.     Presencia

La frase “la primera imagen entra por los ojos” es central en este punto. El aseo personal es fundamental, al igual que la vestimenta que se utiliza. Esta última debe ir de acuerdo con el público con el que se está tratando ya que muestra respeto a la audiencia 1 deposit casino nz.com.

Por otro lado, el lenguaje no verbal es otra cara de la misma moneda y es tan importante como el contenido de la presentación. La postura que se adopte al iniciar la exposición es decisiva ya que otorga credibilidad. Una postura erguida, un paso firme y decisivo, hombros hacia atrás y barbilla levemente hacia arriba demuestra seguridad y dominio del tema.

Otra cuestión importante, y que va de la mano del lenguaje no verbal, es no quedarse estático. Un buen orador se mueve por el escenario, sin parecer que está actuando, y se dirige a varios sectores del público mostrando entusiasmo. El lenguaje corporal debe acompañar tus palabras.

2.    Preparación

Dominar el tema y anticiparse a las preguntas que la audiencia pueda hacer es sumamente importante. Esto es un punto fundamental para fluir como orador. Titubear ocasionará desconfianza y desinterés en el público.

Para que aquello no suceda, es necesario que estructures tu discurso (principio, nudo y desenlace) y que tengas en cuenta que este no es igual para todas las audiencias. Es necesario que entiendas cuál es tu audiencia y sus necesidades. Las ideas principales serán las mismas, pero no así las preguntas o los ejemplos.

3.    Práctica

Aunque es importante preparar un guión para tener bien estructurado lo que vamos a decir, ¡no debes leerlo! Hacer esto es aburrido y poco profesional.

Para fluir en nuestro discurso y expresarlo con efectividad, no basta con conocer el tema. Se necesita practicarlo en privado las veces que consideremos necesarias para lograrlo.

Para cautivar y persuadir con tu discurso, será necesario combinar contenidos, moldear tu tono de voz en ciertos momentos ya que no debe ser monótono, debes acompañar tus palabras con tus gestos y debes ir a un cierto ritmo para lograr no aburrir a tu audiencia, pero transmitir la información de manera clara. Todo esto se logra con práctica, práctica y más práctica.

4.    Interacción

Interactuar con la audiencia hace que esta se mantenga atenta al mensaje que quieres dar. Por un lado, es necesario que estas interacciones sean cortas y específicas, para que no resulten aburridas.

Sin embargo, también es importante que al terminar tu discurso des paso a preguntas, para que se puedan resolver y aclarar dudas.

Debes tener en cuenta que, aunque un buen orador debe mostrarse convencido y firme en su posición, también debe escuchar las opiniones de la audiencia y respetar a aquellos que disienten con sus opiniones.

5.    Cierre

Es importante hacerles sentir cuando se está terminando de hacer la ponencia para captar, otra vez, la atención de la audiencia. Además, un buen consejo es hacer un resumen de lo que se ha comentado.

Por último, no debes olvidar dar las gracias a todos los que asistieron y te escucharon.

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